Lo Bueno de #Quedarseencasa: storytelling en confinamiento para conectar con la marca en tiempos de COVID-19

El 2020 pasará a la historia como aquel en el que todo se paralizó, dando lugar a unos meses completamente fuera de lo común: el confinamiento. No fue por voluntad propia, la COVID-19 nos obligó a ello. Muchas agencias de publicidad en Barcelona se estrujaron los sesos para pensar – de forma más o menos creíble – cómo los clientes y marcas podían conectar con su público en un momento tan delicado e imprevisible.

En este contexto, InmoCaixa, inmobiliaria que gestiona más de 5.500 inmuebles en alquiler propiedad de CriteriaCaixa nos propuso un gran reto: idear una acción de responsabilidad social con la que poder estar más cerca de los inquilinos. Así es como nació Lo Bueno de #quedarseencasa: storytelling entorno a relatos del confinamiento.

Si queríamos seguir construyendo relaciones fuertes que perduraran en el tiempo, sumar valor añadido y generar una conexión emocional capaz de entablar diálogo con sus inquilinos en un contexto de saturación de información, teníamos que definir estratégicamente cuál debía ser el rol de la marca en esta situación tan delicada.

No podíamos sonar graves, crear falsa seguridad; sonar impostados, poco creíbles y con ganas de “subirnos al carro de la COVID”. Nos propusimos crear un contenido de calidad, capaz de trasladar un mensaje optimista, sincero, empático y positivo.

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Si InmoCaixa es una inmobiliaria llena de vecinos encerrados en sus casas, qué mejor que plantear una serie de relatos que narraran su experiencia durante este tiempo. Las personas somos curiosas por naturaleza. Y es que a todos nos encantaría conocer la vida de nuestros vecinos. Por ello vehiculamos los valores de marca, planteando una serie de historias para reflexionar sobre los aspectos más positivos del confinamiento.

Encerrarse en casa fue una situación dramática en muchos sentidos, pero también fue un momento para aprender cosas que no sabíamos. No sabíamos que éramos tan solidarios. Ni que para estar más cerca que nunca, primero tendríamos que distanciarnos.

Y es que el confinamiento nos sirvió para aprender cada día cosas nuevas. A adaptarnos, a ser optimistas, a resolver problemas desde nuestro hogar. Pero, sobre todo, a esforzarnos cada día pasa ser la mejor versión de nosotros mismos sabiendo que, cuando terminara, todos tendríamos una historia que contar. Así es como durante cuatro semanas todos los inquilinos recibieron en su bandeja de entrada una nueva entrega de la serie, incluidos los del programa de vivienda social.

Historias ilustradas

De extensión reducida, de unas 300-500 palabras, los relatos debían ilustrar en pequeñas viñetas la vida de los vecinos. Historias imaginadas, posibles, basadas en experiencias reales. Una ventana optimista, alegre y desenfadada al confinamiento de los demás para que el nuestro sea más llevadero, y sorprendernos descubriendo lo bueno que tiene.

Así es como la abuela Angelines nos enseñó a coser un botón por videoconferencia, el gato Misha nos confesó lo contento que estaba de que Joaquín y Laura pasaran tanto tiempo en casa, dando una forma nueva a su relación; Luis y Claudia compartieron juntos el Sant Jordi más atípico de la historia, con ramo de rosas por internet incluido; o cómo las hermanitas Eva y Esther enseñaron a sus padres lo importante que es mantener vivo un poder que olvidamos de adultos: la imaginación.

Además, cada relato iba acompañado de una ilustración con la inicial de sus protagonistas.
El tratamiento de las imágenes se hizo como una evolución lógica del código visual de los iconos que confeccionamos mensualmente para ilustrar los artículos de InmoCaixa. Esas líneas limpias y azules adoptan la forma de la inicial del personaje protagonista, adquieren en este proyecto un tratamiento distinto, mucho más cercano al libro ilustrado. Finalmente, junto a la inicial, añadimos un elemento característico de la historia.

Relatos de ida, y de vuelta

La participación suele ser uno de los indicadores más importantes a la hora de valorar si una acción ha funcionado a no. Por ello, quisimos invitar a los vecinos de InmoCaixa a participar al final de cada relato, y que fueran ellos mismos quienes nos contaran su historia. ¿Queréis saber qué fue lo mejor? ¡Algunos lo hicieron!

¿Qué os ha parecido? A veces, mantenerse fiel a los valores de la marca con una acción de RSC puede ser un verdadero quebradero de cabeza. Pero desde Muntañola estamos convencidos de que puede ser muy fácil, siempre y cuando nunca perdamos de vista que el target de la marca para la que trabajamos es como nosotros: una persona viva, con sus emociones, sus preocupaciones y con las necesidades que la marca que solo la marca que escoge puede satisfacer.